¿Sabes qué? No regales una rosa en San Valentín, regálala en San Jordi.
O un libro.
Sí, un libro siempre es mejor.
Regalar un libro es regalar una historia, unos momentos preciosos, o quizás no tanto, pero intensos. Unos momentos en los que te sumergirás en una nueva y desconocida historia que te hará sentir la propia emoción de los personajes.
A mí por lo menos con un libro me vale.
De acuerdo, no siempre.
Pero el encanto de una tarde leyendo, ya sea en soledad o en compañía, es especial.
Esa tranquilidad de leer tumbado en la cama no es comparable con nada.
Sobre todo, decidme que no es perfecto estar leyendo y tener al lado a una persona tan especial como para poder compartir un momento así. Un momento de silencio, pero de comodidad absoluta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario