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jueves, 5 de febrero de 2015

99 revolutions tonight.

La edad de la rebeldía es la adolescencia, al menos es lo que siempre se ha dicho. Los adolescentes tienden a no aceptar las normas, a rebelarse, a sentir interés por cosas que no habían sentido antes.

Quizás todo esto es debido a que dejan de ser niños y empiezan a plantearse ciertas cosas. Quieren probar, quieren experimentar y eso muchas veces se ve reflejado en la manera de vestir, en su carácter, en sus gustos.

Por ejemplo, es fácil guiarse por la música y es que, la música es el espejo del alma, y suele ser una parte muy importante en el desarrollo de cada persona. La música dice más de nosotros de lo que normalmente estamos dispuestos a contar. ¿Quién no ha sentido alguna vez que esa canción que no paras de escuchar parece definir tu vida en ese momento?, y es que hay veces en las que parece que los cantantes y grupos de música que escuchas te conocen mejor que tu propia familia. Ese suele ser otra gran problema al que se enfrentar adolescentes y padres.

Normalmente a los padres les cuesta aceptar esa "rebeldía" por parte de sus hijos. No quieren que crezcas, no quieren que les contradigan y ante todo quieren que estén de acuerdo conforme a sus ideas y opiniones, lo cual no suele ocurrir fácilmente. Es una etapa difícil para ellos también, es verdad que los padres pueden guiarlos, aconsejarlos para que no se desvíen de lo realmente importarte, pero no pueden coartarles, negarles todo, prohibirles hacer todo lo que quieren, ya sea porque lo vean inapropiado, desaconsejable o lo hagan "por su propio bien". De esa manera únicamente conseguirán que se encierren en sí mismos, que dejen de confiar en ellos y se rebelen aún más.

Las personas tendemos a revelarnos de manera natural contra lo que nos coarta, y es que lo prohibido suele ser más atractivo que lo permitido. Lo prohibido significa misterio, y el ser humano es curioso por naturaleza, quiere descubrir, quiere ver las cosas directamente, y no creerse simplemente lo que le cuentan.


Tampoco estoy diciendo que haya que pasarse de la raya; tienen que permitirnos soñar con nuestro futuro aún por descubrir, pero no podemos ser unos cabezas locas que hagan las cosas sin pensar. No, tenemos precisamente que ser capaces de ver las diferencias entre la libertad y la estupidez, en eso consiste madurar para llegar a ser un adulto.

Ante todo, pensad con claridad, que se puede disfrutar de estos maravillosos años sin perder el control de tu vida.
Esta canción ha sido la que me ha inspirado para esta entrada y, como podéis ver, le ha dado título.

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