La vida de cada persona depende del camino que ésta decida seguir. Unos escogerán caminos más fáciles, más difíciles, más cortos, más largos, empinados, cuesta abajo, con curvas o en línea recta, pero siempre puedes cambiar. Un camino tiene bifurcaciones suficientes como para cambiar de dirección varias veces, incluso puedes dar media vuelta y volver atrás; aunque opino que esa opción conlleva miedo, miedo a seguir adelante por donde vas. Pero, ¿quién sabe?, quizás es mejor cambiar y retroceder a tiempo y no que te des cuenta demasiado tarde de que no has vivido como querías.
Lo más complicado es escoger cuando el camino se divide. Siempre aparecen esas dudas que tan humanamente nos llevan a tomar una decisión u otra en un momento determinado. Las dudas nos acompañarán siempre a lo largo de nuestra vida. Si alguien afirma que nunca ha tenido dudas, miente. Todos dudamos alguna vez. Es más, para vivir plenamente hay que dudar, dudar para escoger y quizás equivocarte. Aunque seguramente siempre nos parecerá que hemos fallado, que nos hemos equivocado porque las cosas nunca saldrán como nosotros pensamos o queremos y entonces creeremos que si lo hubiésemos hecho de otra manera, si hubiésemos escogido otro camino todo hubiese salido mejor, pero, en verdad, posiblemente no hubiese sido así. Te habrías encontrado con otros imprevistos, otros inconvenientes. Esos inconvenientes que nunca somos capaces de prever a tiempo. Quién sabe si esos inconvenientes hubiesen sido peores que los que te encontraste. Por eso no debemos arrepentirnos de las decisiones que tomamos, porque las hemos tomado creyendo que eran las mejores y, aunque no te lo parezcan, es posible que hayan sido lo mejor. Quizás no puedas verlo así porque hay cosas que te han causado dolor. Pero siempre se debe tener en cuenta que para sentir alegría y felicidad hay que sentir también dolor y pena y es que, sentir es vivir. Y todos terminaremos siempre yendo a donde nos lleve el camino.
Lo más complicado es escoger cuando el camino se divide. Siempre aparecen esas dudas que tan humanamente nos llevan a tomar una decisión u otra en un momento determinado. Las dudas nos acompañarán siempre a lo largo de nuestra vida. Si alguien afirma que nunca ha tenido dudas, miente. Todos dudamos alguna vez. Es más, para vivir plenamente hay que dudar, dudar para escoger y quizás equivocarte. Aunque seguramente siempre nos parecerá que hemos fallado, que nos hemos equivocado porque las cosas nunca saldrán como nosotros pensamos o queremos y entonces creeremos que si lo hubiésemos hecho de otra manera, si hubiésemos escogido otro camino todo hubiese salido mejor, pero, en verdad, posiblemente no hubiese sido así. Te habrías encontrado con otros imprevistos, otros inconvenientes. Esos inconvenientes que nunca somos capaces de prever a tiempo. Quién sabe si esos inconvenientes hubiesen sido peores que los que te encontraste. Por eso no debemos arrepentirnos de las decisiones que tomamos, porque las hemos tomado creyendo que eran las mejores y, aunque no te lo parezcan, es posible que hayan sido lo mejor. Quizás no puedas verlo así porque hay cosas que te han causado dolor. Pero siempre se debe tener en cuenta que para sentir alegría y felicidad hay que sentir también dolor y pena y es que, sentir es vivir. Y todos terminaremos siempre yendo a donde nos lleve el camino.
Tienes mucha razón, estoy de acuerdo con todo lo que dice el texto =D En especial en que es cierto que todos terminaremos yendo a donde nos lleve el camino!
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